MI OPINÓN DE LA SEMANA

LA IMPORTANCIA DE INSTALAR PANELES SOLARES FOTOVOLTAICOS EN CASA

LA IMPORTANCIA DE INSTALAR PANELES SOLARES FOTOVOLTAICOS EN CASA

En pleno siglo XXI, hablar de energía solar en los hogares ya no es un sueño futurista, sino una alternativa real y necesaria. El mundo enfrenta una crisis climática que exige acciones inmediatas, y una de las más efectivas es generar electricidad limpia desde nuestros propios techos.

 

Instalar paneles solares en los domicilios significa apostar por la independencia energética, reducir la huella de carbono y, al mismo tiempo, ahorrar en la factura de la luz.

 

Los beneficios son claros: una vez hecha la inversión inicial, los costos de mantenimiento son mínimos y la vida útil de los paneles supera las dos décadas. Además, la tecnología avanza a pasos agigantados, con equipos más eficientes y accesibles para la población. En países soleados, como los de Latinoamérica, un sistema fotovoltaico doméstico puede cubrir gran parte del consumo eléctrico familiar, brindando estabilidad frente a los aumentos de tarifas y los cortes de energía.

 

Por supuesto, no todo es perfecto. El principal obstáculo sigue siendo la inversión inicial, que para muchas familias representa un desafío. También influye el espacio disponible en los techos y la necesidad de una instalación profesional para garantizar seguridad y buen rendimiento. Sin embargo, si ponemos en la balanza los pros y los contras, las ventajas pesan mucho más. Los precios siguen bajando, cada vez existen más opciones de financiamiento, y la conciencia ambiental se fortalece día a día.

 

La transición energética no depende solo de gobiernos o grandes empresas: comienza en cada hogar que decide generar su propia electricidad limpia. Apostar por la energía solar domiciliaria es, más que una decisión económica, una acción de responsabilidad con el planeta y con las próximas generaciones. Es hora de mirar hacia el sol y reconocer que la verdadera revolución energética puede empezar en nuestra propia casa.

Dos días después del cierre oficial del encuentro, la edición 29 de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP29) concluyó con un acuerdo para el financiamiento climático desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo. El domingo 24 de noviembre, a la madrugada de Bakú, capital de Azerbaiyán, la Presidencia de la COP29 anunció que se estableció un objetivo de 300 mil millones de dólares anuales hasta el 2035.

Aunque el monto triplica la cifra acordada en 2009 y alcanzada por primera vez en 2022, está bastante lejos de lo que los países en desarrollo exigían para mitigar y adaptarse al cambio climático y adoptar energías limpias: 1.3 billones de dólares anuales.

“La propuesta de financiamiento no resuelve ni la crisis climática ni las necesidades de los países vulnerables”, dice Daniel Ortega, ex ministro de Ambiente de Ecuador. Reportes de expertos independientes y del Comité Permanente de Finanzas de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) están de acuerdo en que el financiamiento debe exceder un billón de dólares.

“Muchos decían que lo mejor era no tener nada, pero yo difiero”, afirma Sandra Guzmán, fundadora del Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), quien participó en las negociaciones como asesora de la delegación de Panamá y de la Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC). La experta cree que, por un lado, traspasar esta decisión a la COP30 de Brasil “habría sido muy lamentable desde el punto de vista político”.

Enter the required account info.
error: ¡CONTENIDO PROTEGIDO!

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Acepto Leer más